Durante una experiencia psicodélica las personas pueden experimentar algunos cambios importantes en su percepción. Aunque esto en muchos casos suele sentirse como muy positivo y puede resultar en un cambio positivo en el comportamiento, el factor más importante es cómo se manejan estos cambios.
Después de una ingesta, la persona podría sentir que ha encontrado su propósito o misión terrenal. Cuando las personas usan enteógenos el sentimiento de unidad reemplaza su conceptualización; de tal manera que la gente siente que “se encontró con Dios”, y que puede dejar su peso humano en favor de la auto-apreciación. Esto es un alivio. Las personas pueden verse en “vidas pasadas”, transformadas en otros seres o arquetipos, o incluso perder la percepción de su ego.
Tales cambios en la percepción de la identidad pueden ser algo muy positivo; pero debemos tener en cuenta que aunque el ego puede haber pasado al asiento trasero por un tiempo, probablemente no se haya “disuelto”.
El ego está tendiéndote una trampa
La experiencia con el poder de la psicodelia puede traer un nivel profundo de auto-seguridad que puede acabar fortificando el ego -exactamente lo opuesto a la mayoría de las intenciones de la gente-. El ego quiere quedarse, y usará la experiencia del despertar para su conveniencia, si se le permite. Adyashanti habla de este fenómeno en su brillante libro “El final de tu mundo”.
El regocijo de sentirse parte de “Dios” puede ser embriagador. No estoy diciendo que este sentimiento sea un malentendido, pero si que puede transformarse en combustible para el ego.
Después de esto, arrasan la auto-importancia i la rectitud: Ya no hay percepciones erróneas, ni propensión a cometer errores… su consejo se convierte en el más relevante y sus experiencias las más válidas.
Pero tomé medicina 100 veces…
Los foros sobre medicinas están llenos de este comportamiento. El número de veces que alguien haya tomado no garantiza estar en la conciencia de la forma “correcta” de hacer las cosas, ni el derecho a insistir a que los demás las hagan de una determinada manera.
No siempre se trata de cantidad. La cantidad de tomas puede ayudar a profundizar en la comprensión para algunos, pero el factor más importante es la capacidad de procesar algunas experiencias profundas y practicar lo que se ha aprendido después en el “mundo real”.
A lo largo del camino de la medicina he conocido a personas que han estado usando las plantas durante años -a veces décadas- pero su comportamiento es consistentemente desprovisto de compasión y comprensión, y lleno de arrogancia. ¿Es que la medicina no funciona para ellos?
El ego chamánico
También hay chamanes que tienen este problema, pero con la cuestión añadida de que a menudo son adorados inequívocamente por su estatus. Esto explica por qué algunas personas se aventuran en la selva y salen de ella traumatizados -si es que lo hacen-.
No se debe asumir que el uso de enteógenos garantiza la integridad. El “ego chamánico” no es tan infrecuente, y he estado pensando en cómo se manifiesta. El misticismo es algo atractivo y algunos aman sentir que las plantas “lo eligieron”. Sólo la retrospectiva puede confirmar esto, ya que no es fácilmente verificable.
Afortunadamente son muchos los que son más que capaces de integrar y comprender plenamente las enseñanzas de las plantas, y traspiran verdadera humildad y compasión. Puede que no siempre sean perfectos, pero son lo suficientemente sabios y compasivos como para cuidar de los demás durante las experiencias con las plantas.
¿Sabe la medicina cuando está “perdiendo el tiempo”?
Las plantas sagradas son increíblemente poderosas. Pueden traer verdadera curación, intuiciones y comprensiones, permitir vislumbrar “otras dimensiones” o capas de la realidad. Entonces ¿cómo podemos perder tan fácilmente el punto? Me he preguntado si las plantas saben que están siendo desperdiciadas o utilizadas de forma perjudicial cuando una persona las consume sin molestarse en aplicar sus lecciones.
Los espíritus de las plantas son lo suficientemente inteligentes como para conocer a los humanos de adentro hacia afuera. Si las usamos (incluso inadvertidamente) para fortificar nuestros egos o planes más egoístas, ¿podrían darse cuenta de que la conciencia no evolucionará a través de nosotros?
¿Podríamos ser un inconveniente en los planes de los espíritus de las plantas para ayudar a la Tierra, desalentando a otros a despertar a través de ellas? Estoy especulando, obviamente, pero tiene sentido para mí que las plantas pueden “lavarse las manos” de aquellos que trabajen realmente con ellas.
¿Podrían incluso alentar al ego de una persona a ponerse tan fuera de control que no pueda hacer nada más en el viaje, dando lugar a entendimientos que las plantas no fueron capaces de inducir en las tomas?
El trabajo real empieza en el mundo “real”
Todo el mundo puede sentirse feliz, conectado y amoroso durante y después de las ceremonias. Pero somos seres condicionados, luchando por liberarnos, y es por eso que volvemos a menudo a las plantas sagradas. Decimos que queremos trabajar en nuestros asuntos. Decimos que queremos amar a todos. En la ceremonia podemos ver nuestra oscuridad y aceptarla. Podemos ver nuestra luz y enamorarnos de ella. Podemos sentir que realmente entendemos a los demás.
Luego regresamos al mundo “real” con sus peculiaridades culturales y reglas que parecen estar en desacuerdo con esto. Ahí los otros no están practicando los ideales que imaginamos para un mundo perfecto; incluso podrían parecer un obstáculo… una irritación. Los otros no entienden nada, por lo que parecen inferiores. Nosotros somos los que tenemos que mostrarles el camino, decirles como ayudarse a si mismos. ¡Sabemos que las plantas les ayudarán! Las plantas les convertirán en los tipos necesarios para un nuevo paradigma. La ironía es que, si insistimos en esto, probablemente no hemos aprendido mucho de nosotros mismos con las plantas.
¿Por qué las plantas no me curaron?
A veces las personas ven que no han cambiado o se han curado. Las plantas sólo pueden trabajar si existe un verdadero deseo y voluntad de cambio. Podemos estar más cómodos en nuestro pensamiento habitual de lo que sabemos, el Ego es una fuerza de la naturaleza como ninguna otra -cuando piensas que has arrojado una red sobre el ego, el ego es la red-.
Se puede necesitar mucho esfuerzo y refuerzo para deshacer los patrones de vida y los condicionamientos. No sirve de nada convertirse en adicto a las enseñanzas de la medicina vegetal (o otras) si no podemos integrarlos a la vida cotidiana.
La dedicación al trabajo en curso, en vez de buscar arreglos rápidos, es lo que que conduce a la curación verdadera. Cómo se manejan los desafíos cotidianos cuando la ceremonia es un recuerdo lejano es una verdadera indicación de tu estado evolutivo y de cuánto trabajo queda todavía por hacer.
El hecho es que las plantas sagradas (enteógenas) pueden traer una profunda curación y comprensión.
La pregunta es ¿estás listo para aceptarlos?
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